I. El Enfoque de la Industria Farmacéutica sobre las Células Madre
Desde hace décadas, las personas con Parkinson esperan soluciones que vayan más allá de los tratamientos actuales, los cuales alivian los síntomas sin detener la progresión de la enfermedad. Es bien sabido que estos tratamientos sintomáticos pierden eficacia con el tiempo, lo que requiere dosis más altas y, a menudo, provoca efectos secundarios cada vez más graves.
Las células madre ofrecen una vía revolucionaria para cambiar esta realidad. Pero, ¿qué es una célula madre? Imagínala como una célula “neutra”, similar a una hoja en blanco, capaz de transformarse en cualquier tipo de célula que el cuerpo necesite. Además, tienen la capacidad de renovarse, lo que las hace valiosas para reparar o reemplazar células dañadas.
En la enfermedad de Parkinson, este potencial es especialmente prometedor. La enfermedad se desarrolla debido a la pérdida progresiva de ciertos tipos de neuronas, llamadas neuronas dopaminérgicas, que producen una sustancia esencial para el movimiento: la dopamina. A medida que estas células desaparecen, los síntomas de la enfermedad aparecen y se agravan con el tiempo.
Las células madre, en particular las células pluripotentes inducidas (iPS) y las células madre embrionarias, pueden diferenciarse en neuronas dopaminérgicas para reemplazar las dañadas, reparando así el daño en su origen. Esto representa una perspectiva revolucionaria para las personas afectadas por Parkinson, aunque la aplicación de estas terapias sigue siendo compleja.
Inicialmente, los trasplantes de células madre provenientes de fetos (ya sean de embriones o tejidos fetales) generaron importantes dilemas éticos, ya que implicaban el uso de material biológico sensible. Además, estos trasplantes requerían tratamiento con inmunosupresores, medicamentos que debilitan el sistema inmunológico del paciente para evitar que su cuerpo rechace las nuevas células, pero que también aumentan el riesgo de infecciones y otras complicaciones.
Con el uso de ciertas células pluripotentes inducidas (iPS), algunos de estos obstáculos han sido parcialmente superados. Las células iPS pueden ser creadas en laboratorio a partir de células del propio paciente, como células de la piel. A través de un proceso de “reprogramación”, estas células adquieren la capacidad de transformarse en distintos tipos de células, incluidas las neuronales, de manera similar a las células madre naturales.
Sin embargo, aún existen varios desafíos:
- Seguridad: La diferenciación celular debe estar perfectamente controlada para evitar anomalías, la formación de tumores (teratomas) o infecciones.
- Riesgo-beneficio: Dado que los receptores de trasplantes requieren inmunosupresores, es necesario equilibrar los riesgos de estos medicamentos con los beneficios esperados de la terapia celular.
- Costo y accesibilidad: Estas terapias son extremadamente costosas, con un precio estimado en 800.000 euros por tratamiento, lo que dificulta su acceso para la mayoría de los pacientes.
- Tiempo de desarrollo: A pesar de los ensayos clínicos en curso, estos tratamientos podrían tardar décadas en estar disponibles a gran escala.
- Complejidad de la enfermedad: El Parkinson afecta múltiples mecanismos y regiones del cerebro, por lo que reemplazar únicamente las neuronas dopaminérgicas podría no ser suficiente para corregir todas las disfunciones.
Finalmente, una pregunta clave sigue sin respuesta: si el cuerpo destruyó las neuronas dopaminérgicas en el pasado, lo que llevó al desarrollo del Parkinson, ¿por qué no haría lo mismo con las células trasplantadas?
De hecho, se ha observado con frecuencia que gran parte de las células trasplantadas mueren rápidamente.
Por otro lado, un ensayo clínico pionero y ampliamente publicitado, dirigido en 2018 por el profesor Jun Takahashi en la Universidad de Kioto, marcó un avance significativo en la investigación con células madre. Su equipo reprogramó células para trasplantarlas en siete pacientes, con el objetivo de que se diferenciaran en neuronas funcionales. Los primeros resultados indicaron que el procedimiento era seguro y relativamente bien tolerado, gracias en parte al uso de inmunosupresores para prevenir el rechazo. Sin embargo, hasta la fecha, los datos sobre la eficacia clínica —es decir, la mejora de los síntomas tras la intervención— siguen siendo limitados o incluso inexistentes.
II. ¿Sabías que tenemos nuestras propias reservas de células madre?
El cuerpo humano es una verdadera fábrica diseñada para mantener y reparar nuestro organismo. Contrario a lo que se podría pensar, poseemos naturalmente células madre, que desempeñan un papel crucial en el mantenimiento y la reparación de nuestros tejidos a lo largo de nuestra vida.
Estas células madre adultas están presentes en varias partes del cuerpo, como la médula ósea, el cerebro, los músculos e incluso la piel. Aunque no son tan versátiles como las células embrionarias o las iPS, tienen una capacidad notable: pueden transformarse en ciertos tipos de células especializadas necesarias para la reparación de su entorno local.
En el caso de la enfermedad de Parkinson, se ha descubierto que el cerebro contiene células madre neuronales (CMN). Estas células, aunque en cantidad limitada, tienen el potencial de convertirse en neuronas, astrocitos u oligodendrocitos, especialmente en condiciones en las que se ha producido un daño.
Incluso ciertas intervenciones nutricionales pueden crear un entorno favorable para que estas células madre adultas latentes se multipliquen y se transformen más fácilmente en células reparadoras. Este enfoque nutricional podría ofrecer soluciones más naturales y menos invasivas para las personas con Parkinson.
En resumen, nuestras células madre internas representan un recurso valioso. Comprender cómo activarlas y optimizarlas podría abrir nuevas vías en la gestión de la enfermedad de Parkinson y de otros trastornos neurológicos.
III. ¿Qué mecanismos bloquean la activación de nuestras células madre y reducen nuestras reservas?
En las personas con Parkinson, es evidente que las células madre no se movilizan lo suficiente para generar nuevas neuronas dopaminérgicas. Esto plantea una pregunta importante: ¿por qué?
Para comprender mejor este fenómeno, analicemos los mecanismos específicos que impiden la activación de las células madre neuronales (CMN) en el contexto de la enfermedad de Parkinson y del envejecimiento en general.
Los mecanismos identificados incluyen:
Estrés oxidativo: En el cerebro envejecido o afectado por Parkinson, la acumulación de estrés oxidativo puede dañar las células madre neuronales (CMN) y afectar su capacidad de dividirse o generar nuevas neuronas.
Microambiente inflamatorio: Con la edad y en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, el cerebro desarrolla un estado de inflamación crónica que inhibe las células madre neuronales (CMN) y puede alterar su diferenciación y supervivencia. La inflamación crónica suele ser consecuencia de un estrés oxidativo descontrolado.
Reducción de los factores tróficos: Para producir nuevas neuronas, el organismo necesita ciertos factores de crecimiento, como el BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor), el FGF (Fibroblast Growth Factor) y el NGF (Nerve Growth Factor). Su disminución limita la capacidad de las células madre neuronales (CMN) para autorrenovarse o diferenciarse en neuronas funcionales.
Acumulación de proteínas tóxicas: En la enfermedad de Parkinson, la acumulación en el cerebro de proteínas tóxicas como la alfa-sinucleína, o de otras proteínas mal replicadas, puede generar un entorno neurotóxico que compromete la actividad de las células madre neuronales (CMN).
Alteración de los nichos neurales: Los nichos, que son las zonas donde residen las células madre neuronales (CMN), se ven afectados por cambios relacionados con la edad, como la fibrosis o una disminución de la vascularización, lo que reduce su capacidad de soporte para las células madre neuronales (CMN).
A medida que envejecemos, y aún más en el caso del Parkinson, las reservas de células madre se reducen de forma natural debido a estos mecanismos, limitando su capacidad de responder a las necesidades del cerebro.
Para activar las células madre neuronales y favorecer su regeneración, es fundamental reducir los factores adversos, como el estrés oxidativo y la inflamación crónica, mientras se fomenta un entorno cerebral propicio. Una combinación de enfoques, como una alimentación rica en antioxidantes, actividad física adaptada y prácticas para reducir el estrés, puede contribuir a apoyar estos mecanismos naturales. (Esto se detallará en la Parte 2 de este dossier, que se publicará próximamente).
Como ustedes saben, AtremoPlus es rico en poderosos antioxidantes, como la vitamina E, así como en otros principios activos reconocidos por sus propiedades antiinflamatorias.
Además, ciertos ingredientes clave, como los polifenoles contenidos en la Vicia faba, desempeñan un papel fundamental en la neurogénesis al servir como precursores esenciales en la producción de BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor) y NGF (Nerve Growth Factor), dos factores cruciales para el crecimiento y la protección de las neuronas.
Según expertos, actuar para preservar las neuronas existentes, así como los reservorios de células madre, mientras se mantiene un aporte de ingredientes que favorecen activamente la neurogénesis, constituye un equilibrio esencial para la salud cerebral y la renovación neuronal.
Nos vemos en 15 días para la continuación de este dossier, donde abordaremos factores y estrategias específicas que pueden implementar desde ahora para optimizar la actividad de sus células madre y estimular la plasticidad cerebral. También veremos qué acciones simples del día a día pueden realmente favorecer la activación de las células madre y, así, contribuir a la ralentización de la degeneración.
La ciencia nos aporta pistas valiosas sobre las estrategias más eficaces que podemos adoptar desde hoy.
Queremos destacar que este boletín informativo no tiene la intención de proporcionar asesoramiento médico. Para cualquier pregunta de índole médica, recomendamos consultar a su profesional de salud.
Nuestro principal objetivo es ayudarles a descubrir los mecanismos de funcionamiento de su cuerpo y el potencial insospechado de sus propias células madre.
Atentamente,
El equipo de AtremoPlus
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